O nos seguimos devorando entre nosotros o nos comemos al mundo juntos.

Pocas veces en mis 37 años en el negocio de las comunicaciones de mercadotecnia he visto una situación de autofagia como la que estamos protagonizando en la industria hoy en día. Sí, nos estamos devorando unos a otros y castigando cada día más el valor de lo que hacemos ante quienes tienen la posibilidad de invertir.
Antes decíamos que cualquier idiota con una Mac se vendía como publicista, creativo o diseñador. Hoy toca aplicarlo a que cualquier oportunista con internet se vende como especialista en estrategias digitales. No puedo dejar de recodar cuando, hará cosa de veinte años, empezaron a ponerse de moda las páginas de internet. Todos los anunciantes querían tener su página, sólo para descubrir después de invertir una buena cantidad de dinero que necesitaban hacerle una campaña a su página para que la gente la visitara. Pero al fin todo volvió a su cauce y las páginas tomaron su dimensión real.