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¿Eres emocionalmente inteligente? ¡Averígualo ya!

Inteligencia emocional

Cuando la inteligencia emocional (EQ) apareció por primera vez a las masas, parecía ser el eslabón perdido de un hallazgo peculiar: las personas con un coeficiente intelectual promedio superan a aquellos con altos coeficientes intelectuales hasta el 70% de las veces.

Esta anomalía desmintió por completo la falsa suposición de que el coeficiente intelectual era la única clave del éxito profesional.

Décadas de investigación apuntan ahora a la inteligencia emocional, como el factor crítico que separa a las personas exitosas del resto de la población.

La conexión es tan fuerte que el 90% de las personas exitosas tiene una gran inteligencia emocional.

La inteligencia emocional es el "algo" en cada uno de nosotros que es un poco intangible. Afecta nuestra forma de comportarnos, la forma en la que nos conducimos con los demás, y cómo tomamos decisiones personales para lograr resultados positivos.

A pesar de la importancia de la inteligencia emocional, su naturaleza intangible hace que sea muy difícil saber cuánta tienes y lo que puedes hacer para mejorar si te falta, aunque ya existen algunas pruebas con validez científica que intentan cuantificarla.

Gracias a información provista por TalentSmart (Proveedor Internacional de Pruebas de Inteligencia Emocional), tuvimos la oportunidad de analizar patrones de comportamiento de más de un millón de personas, y obtener señales particulares de identidad de las personas con un alto índice de Inteligencia Emocional.

Las personas con altos niveles de inteligencia emocional:

Tienen un vocabulario emocional robusto

Todas las personas experimentan emociones, pero sólo un grupo selecto puede identificarlas con precisión a medida que ocurren.

Nuestra investigación muestra que sólo el 36% de la gente puede hacer esto, lo que es problemático porque las emociones no identificadas a menudo se mal entienden, lo que conduce a decisiones irracionales y acciones contraproducentes.

Mientras que muchas personas podrían describir su estado de ánimo como sentirse "mal", las personas emocionalmente inteligentes pueden determinar si se sienten "irritables", "frustrados", "oprimidos" o "ansiosos".

Cuanto más específica sea su elección de palabras, mayor será el entendimiento del cómo se sienten, lo que lo causó, y lo que deben hacer al respecto.

Muestran curiosidad por las personas

No importa si son introvertidos o extrovertidos, las personas emocionalmente inteligentes tienen curiosidad acerca de todo el mundo que les rodea.

Esta curiosidad es el producto de la empatía, uno de los mayores indicadores de inteligencia emocional.

Aceptan el cambio

Las personas emocionalmente inteligentes son flexibles y se adaptan de forma constante.

Ellos saben que el miedo al cambio es paralizante y a menudo una amenaza importante para su éxito y felicidad.

Conocen sus fortalezas y debilidades

Las personas emocionalmente inteligentes no sólo entienden sus emociones; ellos saben en lo que son buenos y malos. Conocen sus fortalezas y saben cómo sacar ventaja de ellas.

Entienden y reconocen el carácter de los demás

Gran parte de la inteligencia emocional se reduce a la conciencia social y la capacidad de leer a otras personas.

Las personas con altos niveles de inteligencia emocional, conocen y comprenden las motivaciones, fortalezas y debilidades de los que les rodean, aun si se esconden detrás de una máscara.

Son difíciles de ofender

Las personas emocionalmente inteligentes tienen una sólida comprensión de si mismas, por lo que es difícil que alguien diga o haga algo que consiga enojarlos.

Las personas emocionalmente inteligentes son seguras de sí mismas y de mente abierta, por lo que ofenderlos no es tarea fácil.

Pueden incluso llegar a burlarse de ellos mismos o dejar que otras personas hagan bromas acerca de ellos, porque son capaces de dibujar mentalmente la línea entre el humor y la degradación.

Saben decir “No”, tanto a ellos mismos como a los demás

La inteligencia emocional significa saber cómo ejercer el autocontrol.

Las personas emocionalmente inteligentes demoran la gratificación, y evitan las acciones impulsivas.

Las personas que saben decir “No”, tienen menos probabilidades de experimentar estrés, sentirse agobiados, e incluso deprimidos.

Decir que no es realmente un gran desafío de autocontrol para muchas personas.

Cuando es el momento de decir que no, las personas emocionalmente inteligentes evitan frases como "No creo que pueda" o "No estoy muy seguro."

Decir que no a un nuevo compromiso honra los compromisos existentes y nos da la oportunidad de cumplir con ellos.

Restan importancia a sus errores

Las personas emocionalmente inteligentes se alejan de sus errores, pero lo hacen sin olvidarlos.

De esta manera son capaces de adaptarse y prepararse para el éxito futuro. La clave para mantener el equilibrio radica en su capacidad para transformar los fracasos en enseñanzas.

Dan sin esperar nada a cambio

Cuando alguien da algo de forma espontánea, sin esperar nada a cambio, deja una poderosa impresión en las personas.

Las personas emocionalmente inteligentes construyen relaciones fuertes porque están constantemente pensando en los demás.

No guardan rencores

Las emociones negativas que trae consigo el rencor son en realidad una fuente de estrés.

El sólo pensar en un evento desagradable pone el organismo en modo de lucha, un mecanismo de supervivencia en contra de cualquier amenaza.

Cuando la amenaza es inminente, esta reacción es esencial para la supervivencia, pero cuando la amenaza es historia, el estrés causa estragos en nuestro cuerpo y puede tener consecuencias devastadoras para la salud a largo plazo.

Las personas emocionalmente inteligentes saben esto y evitan el rencor a toda costa. Dejar ir el rencor no sólo te hará sentirte mejor, también puede mejorar tu salud.

Neutralizan a la gente tóxica

Tratar con personas difíciles es frustrante y agotador para la mayoría de nosotros.

Las personas emocionalmente inteligentes, controlan sus interacciones con la gente tóxica al mantener sus sentimientos bajo control.

Identifican sus propias emociones y no permiten que la ira o la frustración los lleve a perder el control.

También consideran el punto de vista de la persona difícil y son capaces de encontrar soluciones y puntos de acuerdo.

No buscan la perfección

Las personas emocionalmente inteligentes no tienen a la perfección como su objetivo central, porque saben que no existe.

Los seres humanos, por nuestra propia naturaleza, somos falibles. Cuando la perfección se convierte en nuestro objetivo, vivimos con una sensación negativa, de persistente fracaso.

Uno termina por pasar su tiempo lamentándose por lo que no pudo lograr y lo que debería haber hecho de otra manera en lugar de avanzar, entusiasmado con lo que ya ha logrado y lo que va a lograr en el futuro.

Aprecian lo que tienen

Investigaciones recientes, encontraron que las personas que trabajaban a diario para cultivar una actitud de gratitud experimentan un mejor estado de ánimo, más energía y bienestar físico.

Se desconectan

Las personas inteligentes emocionalmente se toman un tiempo libre fuera de la red y los dispositivos tecnológicos, esto les ayuda a mantener su estrés bajo control.

La tecnología permite una comunicación constante y la falsa expectativa de que debemos estar disponibles las 24 horas, lo que de por sí supone una gran carga de estrés.

Dan gran prioridad a dormir

Es difícil exagerar la importancia del sueño para el aumento de la inteligencia emocional y la gestión de los niveles de estrés.

Los individuos con altos niveles de inteligencia emocional saben que su auto-control, la atención y la memoria están reducidos cuando no duermen lo suficiente, por lo que hacen del sueño una prioridad.

Dejan los pensamientos negativos de lado

Las personas emocionalmente inteligentes separan sus pensamientos de los hechos con el fin de escapar de los ciclos de negatividad y avanzar hacia una nueva perspectiva positiva.

No permiten que nada limite su alegría

Cuando tu sentido del placer y la satisfacción se deriva de las opiniones de otras personas, ya no eres dueño de tu propia felicidad.

Cuando las personas emocionalmente inteligentes se sienten bien acerca de algo que han hecho, no dejan que las opiniones de nadie o comentarios sarcásticos los hagan sentir mal.

Si bien es imposible apagar tus reacciones a lo que otros piensan de ti, no tienes por qué compararte con los demás.

No importa lo que los demás están pensando o haciendo, tu autoestima debe venir de dentro.

Escrito por: Fernando Arturo Martínez Aguilar
http://www.fernandomartinez.mx/

Fernando Arturo Martínez Aguilar

Emprendedor mexicano, fundador de Publi2.0 e Inbound México. Consultor especialista en estrategias digitales e inbound marketing para el mercado mexicano. Columnista en diversos medios especializados de Publicidad y Mercadotecnia.

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Etiquetas: Emprendedores

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