Hay ya en el mundo una serie de productos indistinguibles, trabajos que son aburridos, sin contenido, mal pagados e incluso sin retos diferentes; franquicias que son idénticas, jefes incompetentes o con mentalidad de funcionarios.

En una sociedad donde existen ya clones humanos y de productos insignificantes, pareciera que nadie quiere asumir riesgos y se está coartando la creatividad con la idea de minimizar los errores.

Por decir un ejemplo hay marcas que buscan la moderación de su costo como la única solución que se les ocurre sin darse cuenta que la competencia viene de China o de la India ¿Cómo competir con esos costos?

Por ello creo que en cuestión de marca personal hay que liberar la creatividad, fomentar que los profesionales aportemos nuestras propias ideas sin que los que dirigen las empresas lo vean como una herejía, no hay que “hacer lo que me mandan” sin salirse del guión; sino innovar y proponer cosas nuevas y diferentes. Porque para ser profesional, una maestría ya no sirve de nada, hay que buscar experiencias, retos, crear empresas, marcas nuevas, experimentar y si fracasamos, mucho mejor porque así ya sabemos lo que no se debe de hacer.

Si queremos sobrevivir como marcas personales es hora de olvidarse de la gestión de competencias, de las absurdas e inútiles evaluaciones anuales y todo aquello que viene en un manual. Hay que construir nuestra propia marca y si no nos gusta lo que vemos, intentar cambiarlo a algo que nos parezca mejor.

Escrito por: Joss Espinosa

CÓMplice comunicóloga con maestría en publicidad, nativa digital con 10 años de experiencia en áreas de editorial, relaciones públicas, social media y marketing. Como Directora de operaciones en COM está en constante evolución para lograr objetivos cada vez más ambiciosos en favor de sus CÓMplices.

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